Sitio oficial de Juventutem en Chile - Capítulo Chileno de la Federación Internacional Juventutem. Ut in Omnibus Glorificetur Dei

domingo, 21 de junio de 2009

Año del Sacerdocio



extractos de la
CARTA DEL SUMO PONTÍFICE

BENEDICTO XVI
PARA LA CONVOCACIÓN DE
UN AÑO SACERDOTAL
CON OCASIÓN DEL 150 ANIVERSARIO
DEL DIES NATALIS DEL SANTO CURA DE ARS




Queridos hermanos en el Sacerdocio:

He resuelto convocar oficialmente un “Año Sacerdotal” con ocasión del 150 aniversario del “dies natalis” de Juan María Vianney, el Santo Patrón de todos los párrocos del mundo, que comenzará el viernes 19 de junio de 2009, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –jornada tradicionalmente dedicada a la oración por la santificación del clero. Este año desea contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo, y se concluirá en la misma solemnidad de 2010.

Explicando a sus fieles la importancia de los sacramentos decía: “Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote. ¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El sacerdote. ¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote. ¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma llegase a morir [a causa del pecado], ¿quién la resucitará y le dará el descanso y la paz? También el sacerdote… ¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!... Él mismo sólo lo entenderá en el cielo”. Estas afirmaciones, nacidas del corazón sacerdotal del santo párroco, pueden parecer exageradas. Sin embargo, revelan la altísima consideración en que tenía el sacramento del sacerdocio. Parecía sobrecogido por un inmenso sentido de la responsabilidad: “Si comprendiéramos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra, moriríamos: no de pavor, sino de amor… Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. El sacerdote continúa la obra de la redención sobre la tierra… ¿De qué nos serviría una casa llena de oro si no hubiera nadie que nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo: él es quien abre la puerta; es el administrador del buen Dios; el administrador de sus bienes… Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote y adorarán a las bestias… El sacerdote no es sacerdote para sí mismo, sino para vosotros”.

El Santo Cura de Ars enseñaba a sus parroquianos sobre todo con el testimonio de su vida. De su ejemplo aprendían los fieles a orar, acudiendo con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús Eucaristía. “No hay necesidad de hablar mucho para orar bien”, les enseñaba el Cura de Ars. “Sabemos que Jesús está allí, en el sagrario: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su presencia. Ésta es la mejor oración”.


  • Para mas infomación recomendamos ir a la pagina:
www.vatican.va
  • Para ver la carta completa seguir el siguiente link:

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2009/documents/hf_ben-xvi_let_20090616_anno-sacerdotale_sp.html


Les invitamos a orar por todos los Sacerdotes, para que sean leales a Cristo y para que en todas sus obras el Amor de Dios se vea reflejado. Para que siguiendo el ejemplo del santo Cura de ars cambien el corazón y la vida de muchas personas.

jueves, 4 de junio de 2009

Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Oración para todos los días del mes



Rendido a vuestros pies, oh Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar. Mirad que soy muy rudo, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia. Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los frágiles y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer.

Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: Venid a Mí, Aprended de Mí. Pedid, llamad. A las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo y pido y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos y dadme en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad.

Amén.

martes, 2 de junio de 2009

Veni Creator Spiritus



Veni, Creator Spiritus, mentes tuorum visita. Imple superna gratia quae tu creasti pectora

Qui diceris Paraclitus, Altissimi donum Dei, fons vivus, ignis, caritas, et spiritalis unctio.

Tu septiformis munere, digitus paternae dexterae, tu rite promissum Patris, sermone ditans guttura.

Accende lumen sensibus, infunde amorem cordibus, infirma nostri corporis, virtute firmans perpeti.

Hostem repellas longius, pacemque dones protinus, ductore sic te praevio, vitemus omne noxium.

Per te sciamus da Patrem, noscamus atque Filium, teque utriusque Spiritum credamus omni tempore.

Deo Patri sit gloria, et Filio qui a mortuis surrexit, ac Paraclito in saeculorum saecula.

Amen

lunes, 25 de mayo de 2009

JUNIO: Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Preparemos nuestras almas para este gran mes de junio, dedicado a honrar el Corazón Sacratísimo de nuestro Salvador


Ofrecemos a nuestros lectores una meditación para cada día, recordemos que este Santo Mes comienza el 1 de junio y no antes:

Oración Preparatoria
Oh Dios, que por medio del Corazón de tu Hijo, herido por nuestras culpas, te dignas, en tu misericordia infinita, darnos los tesoros de tu amor; te pedimos nos concedas que, al presentarte el devoto obsequio de nuestra piedad, le ofrezcamos también el homenaje de una digna satisfacción. Por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Consideración del día.

Oración final
Oh Señor Jesús tus santos misterios infundan en nosotros un fervor divino, conque, recibida la suavidad de tu dulcísimo Corazón, aprendamos a despreciar lo terreno y amar lo celestial. Tu que vives y reinas por siglos infinitos. Amén

Consideraciones:

Día 1. La Cruz es el árbol en que quiso redimirnos Jesús. Quiso morir con los brazos extendidos para abrazar a todos los hombres. Amemos a quien tanto nos ha amado.

Día 2. La Cruz es la escalera por la cual podemos subir al Cielo. Quien pretenda salvarse por otro camino, se equivoca y va a su eterna ruina. Abracémonos con la Cruz.

Día 3. La Cruz es la balanza con que Jesús paga el precio de nuestro rescate. Nuestros méritos son nulos; los de Jesús son infinitos. Confiemos en Jesús Crucificado.

Día 4. La Cruz es la espada con la cual venceremos a los enemigos de nuestra salvación. Sin ella seremos vencidos. Sin Jesús nada podemos; con Él podemos todo.

Día 5. La Cruz es la palanca que, apoyándose en los méritos de Jesús, nos da fuerzas para levantar la pesadez de nuestra naturaleza caída y elevarla a lo sobrenatural.

Día 6. La Cruz es el puente que, al atravesar el abismo de la muerte, nos trasladará a las orillas ciertas y placenteras de una eternidad feliz. i Ay del que no se vale de ella ¡

Día 7. La Cruz es el martillo que aplastará un día a cuantos van contra ella. De Dios nadie se burla. Ahora calla; pero vendrá un día en que hablará y... Premiará o castigará.

Día 8. La Cruz es la llave con que Jesús ha querido abrirnos las puertas de la gloria y cerrarnos las del infierno. Llevémosla siempre sobre nuestro pecho y tengámosla en la cabecera de nuestro lecho.

Día 9. La Cruz es el áncora que nos salvará de las tempestades del mar proceloso de este mundo y nos conducirá al puerto seguro de salvación. Sin ella pereceremos infaliblemente.

Día 10. La Cruz es el faro que ilumina nuestra inteligencia, nos habla del infinito amor de un Dios y nos muestra el término de nuestra vida. Pensemos en lo que nos espera.

Día 11. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la blasfemia, o la proferida por labios inmundos, o la declamada en la tribuna, o la impresa en el libro herético o impío. iAborrezcámosla!

Día 12. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la inmoralidad que a tantas almas seduce y que se manifiesta en el hablar y vestir, en la playa y en los espectáculos, en la novela y aún en el deporte. iAlerta con ella!

Día 13. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la impiedad, el desprecio que se hace de las cosas sagradas; la burla y el sarcasmo contra las mismas; la negación de las verdades y doctrinas de Jesús.

Día 14. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la profanación que se hace impune y públicamente de los días del Señor; la omisión de la Santa Misa; el convertir los días santos en días de pecado.


Día 15. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los odios que reinan hoy en el mundo, tan contrario a Aquel que vino a enseñarnos las dulzuras de la divina Caridad y amor entre todos.

Día 16. Lanzada contra el Corazón de Cristo son las persecuciones que sufre la Iglesia, salida del Costado del Divino Redentor, sobre todo los que sufre de parte de las naciones anticristianas.

Día 17. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el ateísmo materialista que pretende hoy dominar el mundo, borrar de las inteligencias todo el orden sobrenatural y sumirlo en el abismo de toda maldad.

Día 18. Lanzada contra el Corazón de Cristo son los tantos sacrilegios como se cometen contra todo lo más santo y sagrado y en la recepción de los santos Sacramentos indignamente recibidos.

Día 19. Lanzada contra el Corazón de Cristo es el desconocimiento que reina de la vida y doctrina de Jesús, aun por parte de muchos cristianos, que lo son solamente de nombre, pero no en realidad.

Día 20. Lanzada contra el Corazón de Cristo es la condenación eterna de tantos hombres, que no han querido aprovecharse de la Divina Sangre, derramada para su salvación.

Día 21. Espina para el Corazón de Jesús es la falta de una fe viva por parte de muchos que le aman y sirven, y le sirven casi a la fuerza y arrastrándose más que caminando, en la vida espiritual.

Día 22. Espina es la falta de conformidad con la voluntad de Dios, que hace murmurar de la Divina Providencia, cuando las cosas no suceden según el propio gusto o capricho.

Día 23. Espina es la falta de caridad que tienen los pudientes con los menesterosos. Siempre habrá pobres en el mundo; pero no habría de haber miserables. Jesús impone la caridad como ley suya.

Día 24. Espina es la falta de devoción que manifiestan muchos cristianos en sus mismas oraciones; y las irreverencias que cometen en los templos con su porte poco cristiano.

Día 25. Espina es para el Corazón de Jesús la falta de paciencia y dominio propio de muchos cristianos, que no saben sufrir la menor contrariedad sin quejarse o incomodarse.

Día 26. Espina es para el Corazón de Jesús la sobra de comodidades de aquellos cristianos que se espantan al solo nombre del sacrificio y nada hacen por amor de Jesús, que tanto sufrió por ellos.

Día 27. Espina es la sobra de amor propio que domina en tantos corazones que no pueden soportar el menor aviso o corrección, viviendo por otra parte llenos de defectos.

Día 28. Espina es la sobra de negligencia con que se hacen las cosas de Dios. Mientras algunos son todo actividad y energía para las cosas puramente temporales.

Día 29. Espina es la sobra de frialdad, causa de que muchos cristianos, por otra parte buenos, cometan muchos pecados veniales sin que traten de enmendarse de ellos.

Día 30. Espina es para el Corazón de Jesús ver la falta de cristianos en los templos y la sobra de ellos en los centros de mundanas diversiones. El Corazón de Jesús ama, y no es amado. ¿Qué haces tú?



"Mira este corazón mío, que a pesar de consumirse en amor abrasador por los hombres, no recibe de los cristianos otra cosa que sacrilegio, desprecio, indiferencia e ingratitud, aún en el mismo sacramento de mi amor. Pero lo que traspasa mi Corazón más desgarradamente es que estos insultos los recibo de personas consagradas especialmente a mi servicio."

U.I.O.G.D.

sábado, 28 de marzo de 2009

Primer Domingo de Pasión

Preparación inmediata de la redención



1. Vista general. - Llámase Tiempo de Pasión a las dos últimas semanas de Cuaresma, en las cuales el tema de los padecimientos y persecuciones del Salvador es el principal en la Liturgia, mientras el de la instrucción de los Catecúmenos y preparación de los Penitentes públicos para su reconciliación, pasa ya a segunda línea. Es, pues, la misma Santa Cuaresma, pero más íntimamente vivida con Jesucristo, Varón de dolores, cuyas humillaciones y tormentos, a la par que excitan la compasión de los buenos cristianos, los predisponen a la com punción del corazón. Está todo él sombreado por el leño de la Cruz, ese árbol esbelto y refulgente, ataviado can la púrpura real”, como canta con aires de triunfo la Iglesia, repitiendo sin cesar, en estos días, las bellas estrofas del Vexilla Regis, de Venancio Fortunato.

   En la primera de estas dos semanas, evoca la Liturgia los seis últimos meses de la vida pública de Jesús, época de las grandes polémicas con los Judíos y de las persecuciones, descaradas ya y agresivas, de sus enemigos. Jesús sólo se les aparece a intervalos; pues los ve tan enconados contra su persona, que tiene que huirlos, para dar tiempo a que llegue su hora. Son seis meses de humillaciones y de afrentas; seis meses de verdadera Pasión, pero toda vía incruenta.

   Los textos litúrgicos van descubriéndonos, día tras día, nuevos aspectos de esta furibunda persecución. El Domingo, vemos a los Judíos arrojándole piedras; el Lunes, ingeniándose para prenderle; el Martes, a punto de matarle; e1 Miércoles, queriendo de nuevo apedrearle; el Jueves, acechándole, en casa del fariseo Simón, mientras perdona El a la Magdalena; el Viernes, tramando ya definitiva mente su muerte, y el Sábado, acorralándolo de tal forma, que le obligan a esconderse para no adelantar los acontecimientos.

   En la segunda semana, la “Semana Santa” que nosotros llamamos, o la Semana “penosa ” como la denominaban los antiguos, la Liturgia reproduce con los más vivos colores los últimos episodios de la vida de Jesús: los postreros destellos del Sol de Justicia, venido a alumbrar a este mundo entenebrecido por la culpa; las terribles peripecias que rodean la obra maestra de nuestra Redención.

   El Domingo, Lunes y Miércoles Santo, son días de brillante aurora, pero de sombrío ocaso. El Divino Maestro parece glorioso por la mañana, enseña en público, discute, triunfa; pero al anochecer, se retira a casas amigas, como para ponerse al abrigo del espíritu de las tinieblas. El Jueves después de realizar, a los postres de la Cena legal, el milagro de amor de la Eucaristía, se entrega sin reservas en manos de sus enemigos; entre quienes muere, el Viernes. para salvarlos a ellos, y con ellos al mundo prevaricador.

   2. La actitud de la Iglesia. - En vista de tan tos tormentos y de ultrajes tan horribles como su Esposo padece, la Iglesia se cubre de luto riguroso, y cubre también con telas moradas las estatuas, los retablos y hasta el Crucifijo; pide a David y a Jeremías sus Salmos más lúgubres y sus más desolado ras Lamentaciones; y con su palabra de Madre cariñosa, con su actitud de Esposa desolada, con las predicaciones, con las lecturas, con los cantos, en todos los tonos y en todas las formas, háblale a Jerusalén, que es el alma pecadora, y le dice una y otra y muchas veces a modo de sonsonete: “¡Jerusalén, Jerusalén, arrepiéntete, conviértete al Señor, Dios tuyo!”

   El-rito litúrgico que hace más sensible a los ojos de los fieles esta actitud dolorosa de la Iglesia en Tiempo de Pasión, es el de la velación de las imágenes, que prescribe el Ceremonial y que se efectúa el Sábado anterior.

   Los arqueólogos y liturgistas no andan de acuerdo en su interpretación. Quienes se acogen a la historia y a la arqueología; quienes al simbolismo. A nosotros nos parece, después de estudiar los documentos antiguos y modernos, que se trata de un hecho histórico antiquísimo, que, al perder con el tiempo la aplicación real originaria, adquirió un muy razonable simbolismo.

   Históricamente, creemos hallar la clave de este rito en el de la penitencia pública. Como ya hemos dicho, el primer día de Cuaresma se presentaban los penitentes en traje y en actitud humilde a la iglesia, de la que el obispo los despedía, después de imponerles la ceniza y vestirlos de saco y de cilicio -como Dios despidió a Adán y a Eva del paraíso-, enviándolos hasta el Jueves Santo a algún monasterio de las afueras de la ciudad. El rito de la expulsión perduró hasta el siglo XIV, en que, extendiéndose, por devoción, la penitencia pública y la recepción de la ceniza a la generalidad de los fieles, no fue ya posible expulsar del templo a todos los penitentes, que formaban mayoría. Para recordarles, no obstante, el suprimido rito y mantenerlos en la humildad,

aislóseles, ya que no de la iglesia, del presbiterio, mediante una cortina roja suspendida de la bóveda. Poco a poco, sin duda por no hallar práctico este sistema que deslucía y embarazaba las ceremonias litúrgicas, dicha cortina se fue acortando y reduciendo al velo actual, que apenas cubre las imágenes y la cruz. He aquí, pues, el origen histórico y la razón de ser del cortinaje, de diversas hechuras y tamaños, según los países e iglesias, que se usa en la actualidad(1).

   Los liturgistas simbolistas han visto en este rito un recurso piadoso para representar materialmente el hecho de haber tenido que esconderse el Señor  en el templo para escapar al furor de sus enemigos que intentaron apedrearlo.

Tal, en efecto, autoriza a suponerlo la costumbre medioeval de cubrir el Crucifijo, justamente en el momento preciso de cantarse en la Misa el texto mismo del Evangelio alusivo a ese hecho. Al propio tiempo le atribuyen la virtud de recordar a los fieles que, durante esta temporada, Nuestro Señor veló su Divinidad, dejándose prender y torturar como si sólo fuese hombre, y hombre criminal. Y conforme a esto, la razón de cubrir las imágenes de los Santos a la vez que la del Crucifijo, sería la de hacer ver que también los hijos participan de la confusión y oprobios del Padre, y que deben ellos también ocultar su gloria, cuando la del Señor se desvanece a los ojos de los hombres. Que es la misma razón por la cual también se omiten en el Oficio de Pasión los “Sufragios” de los Santos.

   Además de vestirse de luto riguroso, la Iglesia suprime, en Tiempo de Pasión, el “Gloria Patri” en el Introito y en el Salmo del “Lavabo” de la Misa, así como en el Invitatorio y Responsorios del Oficio; y, además, todo el Salmo” Júdica ” del principio de la Misa.

  El “G1oria” es un grito de triunfo y de alegría, y como la Iglesia quiere ir poco a poco inspirando a los fieles sentimientos de tristeza por los acontecimientos dolorosos que se avecinan, suprímelo en esos momentos solemnes de la Misa y del Oficio, conservándolos solamente al final de los Salmos. En el último triduo de Pasión, días de completa desolación, ni en los Salmos se oirá ya esa doxología.

   La omisión del Salmo “Júdica” al principio de la Misa, no es una práctica muy antigua, ni tiene un significado especial, ya que la oración que ahora reza el sacerdote al pie del altar, antes de comenzar el Introito, introdújose por primera vez en los países francos hacia el siglo VIII; como ese Salmo 42 cantábase en el Introito, por eso se suprimía antes de la confesión que precedía a la subida al ara del sacrificio(2). Sin embargo, suprimido y todo este Salmo, nada más que por evitar su repetición, es lo cierto que su omisión contribuye no poco a imprimir a las misas de esta temporada un sello de severidad.

   3. El Triunfo de la Cruz. - En medio de los acentos de dolor que con frecuencia exhala la liturgia de estos días, resuenan de vez en cuando en el templo notas verdaderamente triunfales, que nos hacen por momentos dudar si celebramos alborozados alguna victoria gloriosa, o plañimos tristes acontecimientos. Los lamentos de Jeremías contrastan notablemente, en Tiempo de Pasión, con los entusiasmos del Prefacio de la Misa, y los de los himnos del poeta Fortunato, cuyas estrofas a la Cruz hacen por un instante olvidar, en Vísperas, Maitines y Laudes, los textos melancólicos que les han precedido. Ninguna otra bandera ha inspirado jamás himnos más brillantes que ésta del cristianismo, con vertida, de instrumento infame que era, en insignia

gloriosa, al contacto de los miembros de Cristo.

   El Prefacio canta con aires de triunfo: “En ver dad es digno y justo… darte gracias a Ti, Padre Todopoderoso… que pusiste la salvación del género humano en el Árbol de la Cruz, para que de donde salió la muerte de allí renaciese la vida, y el que en un árbol fue vencido, venciese en árbol, por Cristo, Señor nuestro…” Pocas palabras, pero significativas y concluyentes.

   Entre los varios himnos que el gran poeta galo Fortunato compuso en honor de la santa Cruz con ocasión de la llegada al monasterio benedictino de Poitiers, fundado por Santa Radegundis, de las insignes Reliquias del ” Lignum Crucis ” se han hecho los más célebres: el Pange lingua, gloriosi praelium certáininis (canta, oh lengua, la victoria del más glorioso combate), que está dividido en el Breviario en dos partes, una para Maitines y otra para Laudes, conservándolo completo el Misal en la ceremonia de la Adoración de la Cruz del Viernes Santo: y el Vexilla Regis, el más conocido y celebrado, y que se emplea en Vísperas y en la procesión del Viernes Santo al “monumento”.

   En la Edad Media, el culto de la Cruz sólo despertaba sentimientos de júbilo y de triunfo; sentimientos que los artistas plásticamente representaban en los Crucifijos de la época, ciñendo a Cristo de una corona de gloria, y trocando la sangre de sus heridas por perlas de oro y piedras preciosas. En realidad, son los mismos sentimientos que ha patrocinado la Liturgia a través de los siglos, no obstante las representaciones dolo rosas de los artistas modernos, repitiendo sin cesar en las diversas festividades de la Cruz los himnos triunfales de Venancio Fortunato, y acoplando al lado de ellos otros textos igualmente brillantes.

(1) Cf. M. Callewaelrt y Thurstan en Les Quest lit. et parois, t. II, col. 284, Item. Opus Dei, marzo 1927. En la cortina pintábanse a menudo diversas imágenes para fomentar la piedad de los fieles. Algunos autores antiguos, como Pedro Coméstor (p. L. CXCVIII, col. 1573) hablan de cortinas colocadas de continuo en la iglesia entre los cantores y el pueblo (inter psallentes et populum), como un resguardo para la modestia, cortinas que de ordinario ocultaban a los cantores de los hombros por abajo, y durante la Cuaresma, todo el cuerpo: de modo que, interpositis dolaeis, mútuus negabátur aspéctus, "corridos los tapices, se ocultaban unos N otros".
(2) Dom Schuster: Lib. Sacr., vol. III. Esta razón creemos que sólo es valedera para el Domingo de Pasión, mas no para los demás días, que tienen Introitos diferentes. Tal vez será mejor pensar que la Iglesia quiere empezar ya desde este Domingo a devolver a la Liturgia lo más posible su carácter primitivo, para que así sea más suave la transición a los Oficios del último triduo de Semana Santa, que son los de factura más arcaica.


EXTRAÍDO DE: R.P. ANDRÉS AZCÁRATE; La Flor de la Liturgia; Buenos Aires, Abadía San Benito, 6ta. Ed., 1951; pág.498-504

sábado, 24 de enero de 2009

Deo Gratias

Prot. N. 126/2009
Sagrada Congregación para los Obispos

Decreto

Por medio de la carta del 15 de diciembre de 2008 enviada a Su Eminencia el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, Mons. Bernard Fellay, en su nombre y en el de los otros Obispos consagrados el 30 de junio de 1988, volvía a solicitar el levantamiento de la excomunión latae sententiae formalmente declarada por Decreto del Prefecto de esta misma Sagrada Congregación para los Obispos con fecha del 1o de julio de 1988. En la mencionada carta, entre otras cosas, Mons. Fellay afirma: “Asimismo, seguimos teniendo la firme voluntad de permanecer católicos y de poner nuestras fuerzas al servicio de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, que es la Iglesia católica romana. Aceptamos filialmente su enseñanza. Creemos firmemente en el Primado de Pedro y en sus prerrogativas; es por eso que la situación actual nos hace sufrir tanto más”.

Su Santidad Benedicto XVI, paternalmente sensible malestar espiritual manifestado por los interesados a causa de la sanción de excomunión, y confiando en el compromiso expresado por ellos en la citada carta de no ahorrar esfuerzo alguno para profundizar las cuestiones aún abiertas en necesarias conversaciones con las Autoridades de la Santa Sede, y poder así llegar rápidamente a una plena y satisfactoria solución del problema existente en un principio, ha decidido reconsiderar la situación canónica de los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta relativa a su consagración episcopal.

Este acto expresa el deseo de consolidar las relaciones recíprocas de confianza, intensificar y hacer más estables las relaciones de la Fraternidad San Pío X con la Sede Apostólica. Este don de paz, al término de las celebraciones de Navidad, aspira también a ser un signo para promover la unidad en la caridad de la Iglesia universal, y por su medio, quitar el escándalo de la división.

Deseando que este paso sea seguido sin tardanza de la plena comunión con la Iglesia de toda la Fraternidad San Pío X, en testimonio de una verdadera fidelidad y de un verdadero reconocimiento del Magisterio y de la autoridad del Papa a través de la prueba de la unidad visible.

Conforme a las facultades que me han sido expresamente concedidas por el Santo Padre, Benedicto XVI, en virtud del presente Decreto, remito a los Obispos Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta la censura de excomunión latae sententiae declarada por esta Congregación el 1o de julio de 1988 y declaro privado de efectos jurídicos a partir del día de hoy el Decreto entonces publicado.

Roma, Sagrada Congregación para los Obispos, 21 de enero de 2009.

Card. Giovanni Battista Re
Prefecto de la Sagrada Congregación para los Obispos

sábado, 17 de enero de 2009

Juntatutem o Jornada de Formación

Este miércoles 21 de enero Juventutem Chile tendrá su primera Jornada de Formación del 2009. Ver el afiche para más información.