Sitio oficial de Juventutem en Chile - Capítulo Chileno de la Federación Internacional Juventutem. Ut in Omnibus Glorificetur Dei

lunes, 29 de noviembre de 2010

Particularidades Litúrgicas del tiempo de Adviento.



El adviento, como tiempo de preparación para la venida del Señor, constituye un tiempo especial de Gracia, que permite orientar nuestros corazones en todo aspecto, para esperar gozosos y llenos de esperanza la Venida del Señor Jesús. Este tiempo nos invita ciertamente a conmemorar los 3 aspectos fundamentales de esta triple Venida:

En Primer lugar, el Adviento nos llama a conmemorar (como cada año) la Encarnación del Hijo de Dios, en la Santísima Virgen María, por quien Dios se ha hecho Hombre, pasando a dignificar al ser Humano. Esta venida es trascendental, pues es una auténtica irrupción de Dios en la historia de la Salvación del hombre. Dios interviene en la Historia para guiarnos hacia la perfección en Cristo.

En segundo lugar, el Adviento nos llama a poner la atención en Cristo, quien mediante el Santo Sacrificio del Altar viene a nosotros, haciéndose presente realmente mediante las apariencias del Pan y del Vino, y se nos entrega como alimento de vida eterna. En la Santa Misa, donde se lleva a cabo la renovación incruenta del Sacrificio de la Cruz, Jesucristo nos llama a ir hacia Él, para que junto con Él lleguemos al Padre y vivamos en la Eternidad.

Y en tercer lugar, el Adviento nos invita a poner la mirada en los novísimos, es decir, en el tiempo Escatológico. Nuestro Señor Jesucristo ha de venir triunfante y glorioso para Reinar en medio nuestro con toda plenitud, y para Juzgar al mundo por el Fuego, separando la cizaña del trigo, para hacernos ciudadanos del Cielo, y para consumar todas las cosas. Es en este instante en que la Liturgia Terrenal desaparece, pues se une y se hace una misma cosa con la Liturgia Celestial, donde Cristo, revestido de la Majestad de la Gloria, tributa la alabanza al Padre, mostrando sus llagas santas y gloriosas, que son la Justificación por nuestros pecados, para que el Padre nos acepte en su Santo Reino.

Por lo tanto, este tiempo litúrgico que nos ofrece la Iglesia es un tiempo de gracia privilegiado para dirigir nuestra mirada a esta Triple Venida.
Y por ello mismo, la Liturgia recoge en si misma una serie de elementos particulares, que vale la pena destacar.
En este tiempo, predomina un doble sentimiento: Por un lado, la tristeza y la pena en la que el mundo está sumido, pues vivimos lejos del Señor, y necesitamos de su pronta venida, para que redima todo el pecado del mundo. Por otro lado,  la Alegría de la pronta venida del Mesías. Dichos sentimientos se ven perfectamente plasmados litúrgicamente: Se omite el Gloria in excelsis Deo, quedando reservado para el día de la Navidad, en el cual conmemoramos la irrupción de Cristo, Señor nuestro, en la Historia de la Salvación. Sin embargo, se conserva el Alleluia, mitigando ese sentimiento de tristeza, pues, aún en la desolación, alabamos al Señor por su grandeza, y le pedimos su auxilio; Así mismo, a causa de la desolación y la tristeza, el color litúrgico corresponde al Morado, para todas las domínicas, salvo la Tercera, en la que se utiliza el Rosado, como símbolo patente de que la Gloria del Señor está por manifestarse pronto (Domínica llamada "Gaudete", por el Introito de la Santa Misa: "Gaudete omnes in Domino"). De la misma forma, los ministros que acompañan al Sacerdote (diácono, subdiácono) no utilizan la vestidura usual (Dalmática y tunicela respectivamente), sino que utilizan Planetas Plegadas. Igualmente, no se pulsa el órgano ni se tocan instrumentos musicales, en señal de ese desierto que acompaña a este tiempo. Lo anterior, solo se ve roto por el Domingo de Gaudete, donde se recuperan todos los signos de alegría y gozo, a la espera del advenimiento del Salvador.

Como vemos, la Liturgia nos propone un camino concreto de Vida, llamándonos la atención sobre el gran misterio de la Encarnación. Así mismo, nos llama a vivir un tiempo de gracia, de penitencia y oración, de reflexión y constante mortificación, para que finalizado este tiempo, podamos vivir con mayor intensidad el misterio de la Triple venida de Nuestro Señor Jesucristo, Salvador del Mundo.

Gaude, Gaude, Emmanuel:
Nascetur pro te, Israel.

Un aporte de Sacram Liturgiam

domingo, 7 de noviembre de 2010

Mes de María 2010

ORACIONES PARA COMENZAR EL MES DE MARÍA
Al comenzar el bello Mes que lleva vuestro nombre, ¡Oh María! Laten nuestros corazones a impulsos del más puro regocijo, porque podremos venir diariamente a este piadoso santuario a deponer a vuestros pies, junto con las más bellas flores de nuestros jardines, el homenaje de nuestro amor filial. Al ver levantarse el sol sobre nuestro horizonte y al declinar nuestras risueñas tardes, nos reuniremos aquí en torno de vuestra imagen querida, para cantar vuestras alabanzas, escuchar la historia de vuestras grandezas y recoger vuestras maternales bendiciones. Al ver abrirse esta serie de santos y felices días experimentamos el contento del hijo, que tras de larga ausencia, vuelve a arrojarse lleno de amorosa ternura en el regazo de su Madre. Cuando hemos visto despertar la naturaleza y cubrirse de flores nuestros jardines y de verdura nuestros campos, el primer pensamiento que ha venido a halagar nuestros corazónes ha sido el de venir a festejaros ¡Oh Dulce Madre! Durante este tiempo de bendición y de salud; porque nos parece que en este mes os encontramos más tierna, más bella y amorosa, y que vuestras manos están más cargadas que nunca de bendiciones y de gracias.
¡Ah! Nosotros abrigamos la dulce esperanza de que no transcurrirá ninguno de estos alegres días, sin que recojamos algún beneficio de vuestras manos, sin que fijéis sobre nosotros una mirada propicia, o sin que veamos dibujarse en vuestros labios una sonrisa amorosa, símbolo de vuestra predilección de Madre. Jamás nos separaremos de vuestro lado sin haber recibido alguna de vuestras santas inspiraciones y sin llevar en nuestro corazón la inefable seguridad de que seremos salvados por vuestra mediación. Durante treinta días vendremos aquí, donde nuestras manos os han levantado un trono de flores, a contaros nuestras penas, a depositar en vuestro seno nuestras lágrimas, a pediros luz en nuestras dudas, resignación en nuestras desgracias y fuerza en nuestras tentaciones.
¡Oh! ¡Mes dichoso de María! ¡con cuánta satisfacción vemos llegar el primero de tus bellos días! Cuántas delicias hay ocultas para el corazón cristiano en el transcurso de tus dulces horas!. Como desciende en abundancia el rocío sobre las flores que engalanan las praderas, así lluvias de gracias y de bendiciones descienden sobre las almas. ¡Cuán plácida es la aurora de tus días y cuán llenas de atractivos tus hermosas tardes! Nosotros te saludamos ¡oh Mes dichoso! Y penetrados de dulce confianza, esperamos que seras para nosotros escuela de perfección, fuente de merecimientos para el cielo y prenda segura de la protección de María.




CONSIDERACION
La devoción a la Santísima Virgen María ha sido siempre el patrimonio de todo corazón cristiano y el distintivo de los pueblos católicos. Desde que Nuestro Señor Jesucristo colgado cuando niño del cuello de su Madre, nos enseñó a amarla y desde el momento solemne en que, enclavado en la cruz, nos la legó por Madre, el orbe cristiano no ha cesado jamás de prodigarle las más tiernas manifestaciones de amor filial. Ella fue el sostén  el consuelo de los apóstoles en los días primeros de la Iglesia, y en todos los tiempos ha sido una verdadera madre para los hijos de la FE. Por eso su culto ha atravesado las edades y tiene altares en todas las comarcas del globo, y en todas partes se oye pronunciar su nombre con las efusiones del entrañable amor. El mundo sabe por experiencia que Ella tiene remedio para todas las dolencias, consuelo para todas las aflicciones, esperanza para todos los pecadores y gracias para todos los justos, en cambio el amor de los fieles para con ella no tiene límites. Nada hay que no hagan por honrarla. El más hermoso de los meses del año ha recibido su nombre y ha sido dedicado a su culto. Ese Mes, lleno de encantos, ofrece a los amantes de María un hermosísimo campo donde ejercitar su devoción y los multiplicados homenajes que llevan a las plantas de la Reina del cielo atraen con amorosa violencia sobre los hombres sus miradas compasivas y su especial protección. ¡Felices las almas que animadas de un santo celo, se dedican a honrarla durante este mes de bendiciones!
Veamos pues, cuales son los medios más adecuados para sacar de este Mes copiosos frutos espirituales.
En primer lugar, nuestras almas deben estar purificadas de toda mancha que pudiera hacerlas abominables a los ojos de Jesús y de María. Si así no fuera, nuestros homenajes no serían aceptables, ni nuestras plegarias subirían al cielo envueltas en el humo del incienso que diariamente se quema a los pies del altar de María. Que las flores y las coronas que nos complacemos en presentarle sean el símbolo de nuestra pureza; ellas se marchitarían bien pronto si la mano que la deja al pie del altar, fuera la misma que acaricia el vicio y ha sido manchada por el pecado. Para cumplir esta condición, conviene frecuentar durante este Mes los santos Sacramentos de la Confesión y Comunión.
En segundo lugar, la mejor manera de honrar a María es la de procurar imitarla. Esta es la expresión más positiva del amor verdadero. El que ama, por un instinto invencible, trata de identificarse con el objeto amado y de arreglar su conducta del modo más apropiado para agradarle. Y si esta cualidad se descubre hasta en el amor profano, en ese amor, producto muchas veces de la concupiscencia o del egoísmo, ¡Con cuánta mayor razón debe adornar el amor que se profesa a la Madre del amor hermoso y de la santa esperanza? Formemos, pues al comenzar este Mes, la resolución de adquirir la virtud que más necesitemos o de extirpar el defecto que más nos domine.
En tercer lugar, es preciso llevar nuestros obsequios a María, con un espíritu ajeno a toda afición terrenal y a toda conveniencia mezquina. Que sólo el amor y el celo por honrarla nos impulsen a llevar a sus pies nuestras ofrendas. Cada Flor añadida a su corona vaya acompañada de un suspiro suplicante y de una mirada amorosa. De otra manera nuestros obsequios serían muertos, porque los actos externos sacan su valor del espíritu que los anima y de la intención con que se ejecutan.
Finalmente, no olvidemos que si María está siempre pronta a acudir a la voz del Hijo que la llama y a interponer a favor suyo su poderoso influjo, nunca está más dispuesta que en estos días de bendición. Pidamos por nuestras necesidades espirituales y temporales, por la conversión de los pecadores, por las necesidades de nuestra querida Patria y por el triunfo de la Santa Iglesia.

PROPOSITO
Practicar todos los ejercicios de este Santo Mes de María con el mayor fervor y exactitud, no dejando pasar ni un solo día sin honrar a la Madre de Dios con especiales obsequios.

OFRECIMIENTO DEL MES A MARIA INMACULADA
Postrados a vuestros pies y en presencia de Jesús vuestro Hijo santísimo, venimos a ofreceros ¡Oh Virgen Pura! Los homenajes de amor que traeremos a vuestras plantas durante el Mes que hoy comenzamos en vuestro nombre. Pobres serán nuestras ofrendas e indignos de Vos nuestros obsequios; pero no miréis su pequeñez, para fijaros tan sólo en la voluntad con que os los presentamos. Junto con ellos os dejamos nuestros corazones animados de amorosa ternura. Sois Madre, y lo único que una Madre anhela es el amor de sus hijos. Estas flores y éstas coronas con las que decoramos vuestra imagen querida; esas luces con que iluminamos vuestro santuario; los dulces himnos con que cantamos vuestras alabanzas, símbolo son de nuestro amor filial. Acoged pues, benignamente nuestros votos, escuchad nuestros suspiros y despachad favorablemente nuestras súplicas. Obtenednos las gracias que necesitamos para terminar este Mes con el mismo fervor con que lo comenzamos, a fin de, cosechando copiosos frutos para nuestra santificación, podamos un día cantar vuestras alabanzas en la Gloria del Paraíso. Amén.

jueves, 4 de noviembre de 2010

Jornada Mundial de Jovenes 2011


Juventutem Chile no quiere quedar fuera de esta gran Jornada Mundial para Jovenes que se llevará acabo en los días de Agosto del próximo año. Como Juventutem en Chile nos sumaremos a la Federación Internacional Juventutem, llegando unos dias antes a España donde tendremos distintas actividades y ademas la Santa Misa Tradicional.

Estamos convocando a los Jovenes en Chile para que participen con nosotros a esta gran Peregrinación cuyo lema es: «Arraigados y edificados en Cristo, firmes en la fe» (cfr. Col 2, 7). Estamos seguros que esta actividad será muy edificante para nuesta alma. Y como dice el lema llegaremos con la Fe firme en Jesucristo y en su Iglesia.

Para participar con nosotros deberas tener entre 14 y 34 años, cumplidos al 20 de agosto de 2011. Solicitamos a aquellos interesados contactarnos al mail: JuventutemChile@gmail.com o por medio de Facebook.

In Christo, Juventutem Chile

martes, 2 de noviembre de 2010

Conmemoracion de los Fieles Difuntos

En este mes de noviembre la Iglesia nos invita con másinsistencia a rezar y a ofrecer sufragios por los fieles difuntos del Purgatorio. Con estos hermanos nuestros, que “también han sido partícipes de la fragilidad propia de todo ser humano, sentimos el deber –que es a la vez una necesidad del corazón- de ofrecerles la ayuda afectuosa de nuestra oración, a fin de que cualquier eventual residuo de debilidad humana, que todavía pudiera retrasar su encuentro feliz con Dios, sea definitivamente borrado”.

En el Cielo no puede entrar nada manchado, ni quien obre
abominación y mentira, sino sólo loes escritos en el libro de la vida. El alma afeada por falta y pecados veniales no puede entrar en la morada de Dios: para llegar a la eterna bienaventuranza es preciso estar limpio de toda culpa. El Cielo no tiene puertas –escribe Santa Catalina de Génova-, y cualquiera que desee entrar puede hacerlo, porque Dios es todo misericordia y permanece con los brazos abiertos para admitirlos en su gloria. Pero tan puro es el ser de Dios que si un alma advierte en sí el menor rastro de imperfección, y al mismo tiempo ve que el Purgatorio ha sido ordenado para borrar tales manchas, se introduce en él y considera una gran merced que se le permita limpiarlas de esta forma. El mayor sufrimiento de esas almas es el de haber pecado contra la bondad divina y el no haber purificado el alma en esta vida. El Purgatorio no es un infierno menor, sino la antesala del Cielo, donde el alma se limpia y esclarece.


La Santa Misa, que tiene un valor infinito, es lo más importante que tenemos para ofrecer por las almas del
Purgatorio. También podemos ofrecer por ellas las indulgencias que ganamos en la tierra, nuestras oraciones, de modo especial el Santo Rosario; el trabajo, el dolor, las contrariedades, etc. Estos sufragios son la
mejor manera de manifestar nuestro amor a los que nos han precedido y esperan su encuentro con Dios; de modo particular hemos de orar por nuestros parientes y amigos.


¡Qué bueno y grande es el deseo de llegar al Cielo sin pasar por el Purgatorio! Pero ha de ser un deseo eficaz que nos lleve a purificar nuestra vida, con la ayuda de la gracia. Nuestra Madre, que es Refugio de los pecadores –nuestro refugio-, nos obtendrá las gracias necesarias si de verdad nos determinamos a convertir nuestra vida en un spatium verae paenitentiae, un tiempo de reparación por tantas cosas malas e inútiles.

(R.P. Francisco Fernández Carvajal).

lunes, 1 de noviembre de 2010

Misas Tradicionales


Queridos amigos:

Despues de mucho tiempo de inactividad en nuestro Blog reiniciaremos nuestras actividades
como Juventutem en Chile. Comenzaremos publicando las Parroquias en donde se realiza la Misa Tradicional en nuestro Pais:


Diócesis de Valparaiso


Parroquia Nuestra Señora del Puerto Claro de Valparaiso




Todos los Domingos y Fiestas de Precepto,

12:30 hrs.

Santos Torneros Nº 215, Cerro Toro,

Celebra Pbro. Jaime Herrera, Sacerdote Diocesano.

NOTA: Esta es la Misa que se celebraba en el Sanatorio Maritimo en Viña del Mar.-



Parroquia Santa Bárbara de Casablanca

Misas DOS veces por mes. 2° y 3° Domingo de cada mes.

17.00hrs

Celebra Mons. Jaime Astorga, Sacerdote Diocesano


Capilla San José de los Ángeles de Viña del Mar


Pasaje López 126, Recreo

Primer Viernes del Mes: 19:30hrs
Sabado : 19:30hrs
Domingo: 11:30hrs

Arquidiocesis de Santiago

Parroquia Maria Madre de la Iglesia

Viernes: 8.30hrs
Domingos y Preceptos: 9.00hrs

Avenida Santa Amalia 0575-C de La Florida. (Paradero 20 de Vicuña Mackenna hacia la costa, esquina Valentina Leppe

Celebra Sacerdotes de la Sociedad Jesucristo Sacerdote

Parroquia San Esteban de Puente Alto

Primer Viernes del Mes a las 19.30 hrs

Domingos y Precepto: 8:30hrs

Nonato Coo 0200, PUENTE ALTO

Celebra Sacerdotes de la Sociedad de Jesucristo Sacerdote


Capilla Nuestra Señora del Carmen

Jueves: 19:30hrs

Avenida 27 de Septiembre, PUENTE ALTO

Celebra Sacerdotes Sociedad Jesucristo Sacerdote


Parroquia San Juan de Dios



Todos los Domingos

20:00hrs

Av. Tres nº 220, Cerrillos

Celebra Pbro. Milan Tisma

Iglesia de las Hermanas de la Divina Providencia



Todos los Domingos

12:00hrs

Av. Providencia 509

Celebra Pbro. Milan Tisma

Oratorio Santa Teresita del Niño Jesús


Lunes a Viernes: 19:00hrs
Sábado: 12:00 hrs (rezada)
Domingo: 11:30 hrs (Cantada), 19:00hrs (rezada)

Froilán Roa 4594, Macul


Iglesia del Corazon Inmaculado y Doloroso de Maria



Lunes: 19:00
Martes a viernes: 07:15 y 19:00.
Sábados: 12:00 y 19:00
Domingos: 9:30, 11:00 (cantada) y 19:00.

Talavera de la Reina 430, Las Condes


Arquidiocesis de la Santisima Concepción

Parroquia Nuestra Señora de la Merced

Concepción


Ultimo Domingo de Mes a las 17:00hrs

Castellón 624 - Concepción


NOTA: Nos encontramos actualizando esta entrada regularmente.-

domingo, 21 de junio de 2009

Año del Sacerdocio



extractos de la
CARTA DEL SUMO PONTÍFICE

BENEDICTO XVI
PARA LA CONVOCACIÓN DE
UN AÑO SACERDOTAL
CON OCASIÓN DEL 150 ANIVERSARIO
DEL DIES NATALIS DEL SANTO CURA DE ARS




Queridos hermanos en el Sacerdocio:

He resuelto convocar oficialmente un “Año Sacerdotal” con ocasión del 150 aniversario del “dies natalis” de Juan María Vianney, el Santo Patrón de todos los párrocos del mundo, que comenzará el viernes 19 de junio de 2009, solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús –jornada tradicionalmente dedicada a la oración por la santificación del clero. Este año desea contribuir a promover el compromiso de renovación interior de todos los sacerdotes, para que su testimonio evangélico en el mundo de hoy sea más intenso e incisivo, y se concluirá en la misma solemnidad de 2010.

Explicando a sus fieles la importancia de los sacramentos decía: “Si desapareciese el sacramento del Orden, no tendríamos al Señor. ¿Quién lo ha puesto en el sagrario? El sacerdote. ¿Quién ha recibido vuestra alma apenas nacidos? El sacerdote. ¿Quién la nutre para que pueda terminar su peregrinación? El sacerdote. ¿Quién la preparará para comparecer ante Dios, lavándola por última vez en la sangre de Jesucristo? El sacerdote, siempre el sacerdote. Y si esta alma llegase a morir [a causa del pecado], ¿quién la resucitará y le dará el descanso y la paz? También el sacerdote… ¡Después de Dios, el sacerdote lo es todo!... Él mismo sólo lo entenderá en el cielo”. Estas afirmaciones, nacidas del corazón sacerdotal del santo párroco, pueden parecer exageradas. Sin embargo, revelan la altísima consideración en que tenía el sacramento del sacerdocio. Parecía sobrecogido por un inmenso sentido de la responsabilidad: “Si comprendiéramos bien lo que representa un sacerdote sobre la tierra, moriríamos: no de pavor, sino de amor… Sin el sacerdote, la muerte y la pasión de Nuestro Señor no servirían de nada. El sacerdote continúa la obra de la redención sobre la tierra… ¿De qué nos serviría una casa llena de oro si no hubiera nadie que nos abriera la puerta? El sacerdote tiene la llave de los tesoros del cielo: él es quien abre la puerta; es el administrador del buen Dios; el administrador de sus bienes… Dejad una parroquia veinte años sin sacerdote y adorarán a las bestias… El sacerdote no es sacerdote para sí mismo, sino para vosotros”.

El Santo Cura de Ars enseñaba a sus parroquianos sobre todo con el testimonio de su vida. De su ejemplo aprendían los fieles a orar, acudiendo con gusto al sagrario para hacer una visita a Jesús Eucaristía. “No hay necesidad de hablar mucho para orar bien”, les enseñaba el Cura de Ars. “Sabemos que Jesús está allí, en el sagrario: abrámosle nuestro corazón, alegrémonos de su presencia. Ésta es la mejor oración”.


  • Para mas infomación recomendamos ir a la pagina:
www.vatican.va
  • Para ver la carta completa seguir el siguiente link:

http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2009/documents/hf_ben-xvi_let_20090616_anno-sacerdotale_sp.html


Les invitamos a orar por todos los Sacerdotes, para que sean leales a Cristo y para que en todas sus obras el Amor de Dios se vea reflejado. Para que siguiendo el ejemplo del santo Cura de ars cambien el corazón y la vida de muchas personas.

jueves, 4 de junio de 2009

Mes del Sagrado Corazón de Jesús

Oración para todos los días del mes



Rendido a vuestros pies, oh Jesús mío, considerando las inefables muestras de amor que me habéis dado y las sublimes lecciones que me enseña de continuo vuestro adorabilísimo Corazón, os pido humildemente la gracia de conoceros, amaros y serviros como fiel discípulo vuestro, para hacerme digno de las mercedes y bendiciones que generoso concedéis a los que de veras os conocen, aman y sirven.

Mirad que soy muy pobre, dulcísimo Jesús, y necesito de Vos, como el mendigo de la limosna que el rico le ha de dar. Mirad que soy muy rudo, oh soberano Maestro, y necesito de vuestras divinas enseñanzas, para luz y guía de mi ignorancia. Mirad que soy muy débil, oh poderosísimo amparo de los frágiles y caigo a cada paso y necesito apoyarme en Vos para no desfallecer.

Sedlo todo para mí, Sagrado Corazón: socorro de mi miseria, lumbre de mis ojos, báculo de mis pasos, remedio de mis males, auxilio de toda necesidad. De Vos lo espera todo mi pobre corazón. Vos lo alentasteis y convidasteis cuando con tan tiernos acentos, dijisteis repetidas veces en vuestro Evangelio: Venid a Mí, Aprended de Mí. Pedid, llamad. A las puertas de vuestro Corazón vengo pues hoy, y llamo y pido y espero. Del mío os hago, oh Señor, firme, formal y decidida entrega. Tomadlo Vos y dadme en cambio lo que sabéis me ha de hacer bueno en la tierra y dichoso en la eternidad.

Amén.